Últimos días


El 8 de mayo de 1830, Bolívar partió de Bogotá acompañado de un grupo de amigos y políticos con solo 17 mil pesos producto de la venta de su vajilla de plata, sus alhajas y sus caballos. El vicepresidente de Colombia Domingo Caicedo le envía a Bolívar su pasaporte, pues éste tenía la intención de volver a Europa. En junio llega a Cartagena donde los lugareños le animan a seguir luchando, mientras que en Bogotá continúa la campaña en su contra. El 1 de julio el general Mariano Montilla le informa al libertador del asesinato del Gran Mariscal de Ayacucho, noticia que desiluciona tremendamente a Bolívar. A fines del mes vio publicada en la prensa la resolución del Congreso venezolano de romper relaciones con Colombia mientras el libertador permanezca en suelo colombiano. El agravio devoró la salud de Bolívar y sus seguidores le convencen a no partir de Colombia.

Bolívar llegó a Santa Marta en estado de postración el 1 de diciembre de 1830 tras una penosa travesía por el río Magdalena desde Bogotá y a pesar del buen clima y las atenciones recibidas, su salud empeoró a los pocos días, teniendo algunos momentos de lucidez que le permitieron dictar su testamento y su Última proclama, donde un Bolívar gravemente enfermo clamó porque su muerte por lo menos permitiera la consolidación de la unión y la desaparición de los partidos.

Finalmente El Libertador Simón Bolívar fallece el 17 de diciembre de 1830, a los 47 años de edad. A la una y tres minutos de la tarde murió el sol de Colombia, según rezó el comunicado oficial. Los despojos mortales del Libertador recibieron cristiana sepultura en el altar mayor de la suntuosa Catedral Basílica de Santa Marta, y en ese sagrado recinto moraron apaciblemente, hasta diciembre de 1842, cuando fueron trasladados a su país de origen Venezuela, cumpliéndose así el mandato de su Testamento.

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