Cartagena es un fortín para proteger cumbre de mandatarios de las Américas


El turístico puerto colonial de Cartagena (norte de Colombia) se convertirá de nuevo en una fortaleza con más de 17.000 uniformados que resguardarán a Barack Obama, a otros 32 mandatarios y a unas 8.000 personas que arribarán esta semana para la VI Cumbre de las Américas.

El gobierno colombiano, deseoso de exhibir la mejora en la seguridad del país en los últimos años, ha diseñado un minucioso despliegue por tierra, mar y aire alrededor del balneario caribeño.

Francotiradores ya están apostados sobre la muralla que rodea el casco histórico y están dispuestos siete helicópteros para controlar el espacio aéreo. Sobre la bahía se realiza un despliegue marítimo que incluye una fragata y un equipo de buzos.

El dispositivo estará formado por casi 8.000 policías dedicados exclusivamente a la cumbre y unos 10.000 militares que también controlarán los accesos a Cartagena y sus alrededores.

Para tareas de prevención de atentados han sido distribuidos por la ciudad seis robots antiexplosivos y se revisaron 480 alcantarillas, además de que se analizaron más de 10.000 hojas de vida de empleados locales y visitantes, dijo a la AFP el general José Roberto León, encargado del despliegue policial.

La preparación de la estrategia arrancó hace alrededor de un año, recuerda León, cuando oficiales de la Policía de Colombia viajaron a los cinco países que albergaron anteriormente esta cumbre para conocer sus experiencias.

"Después, les presentamos la planeación a los esquemas de seguridad de cada presidente. Se hicieron pequeños ajustes y se consolidó un anillo de seguridad entre el equipo de cada mandatario y nuestros elementos", describe el general.

Para el presidente Barack Obama habrá medidas especiales, señala León, por el volumen de personas que forman su comitiva, alrededor del millar, entre los que se cuentan al menos tres miembros de su gabinete, incluida la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

Obama será el primer presidente estadounidense que pernoctará en Colombia y lo hará por dos noches, entre su llegada el próximo viernes y la salida el domingo.

Los 33 mandatarios se hospedarán en nueve hoteles del balneario y cada uno tendrá a su disposición siete autos y cuatro motos, aunque Obama y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, llegarán con sus propias caravanas de hasta 30 autos.

Por el momento, los turistas extranjeros siguen paseando tranquilos por esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, y los lugareños reuniéndose a conversar en las plazas, mientras los comerciantes comienzan a avistar pérdidas.

"A los vendedores ambulantes ya nos han dicho que a partir del viernes no podremos entrar en la ciudad amurallada", explica a la AFP Jesús Antonio Ortega, mientras sostiene con la mano las playeras que ofrece.

"La cumbre puede ser muy buena para apoyar el turismo pero nos va a dificultar trabajar y nadie nos ha dicho que nos vayan a compensar", lamenta.

En un restaurante de la turística plaza de Santo Domingo también sienten un cierto bajón en la clientela.

"Estos últimos días han sido bastante quietos. Es que los hoteles están llenos pero de policías, y ellos no consumen tanto", dice la mesera Yoseli Padilla.

León justifica las restricciones por el desafío que implica la presencia de los 33 mandatarios, las primeras damas, unos 300 empresarios de alto nivel y 250 funcionarios de organismos internacionales. En total se calculan unos 8.000 visitantes.

"Durante esta semana los ojos del mundo van a estar puestos en Cartagena. Esta cumbre tendrá efectos en materia de turismo que se verán a corto y mediano plazo", asegura el general.

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